CUANDO SE CITA SE CONOCE
La boca es la casa de los dientes, el cuerpo es la casa de los huesos, los hospitales la casa de los enfermos y la exposición de tres salas en el museo de Antioquia es “Casa de citas”.
Imposible no desconectarse del mundo y de los entornos en los cuales de está para luego pensar en ir a una exposición de la cual el nombre daba a imaginarse millones de significados e interpretaciones, que luego chocarían con el verdadero sentido de la exposición, para eso el día 10 de octubre a las doce de la tarde salía del salón de proyecciones del museo de Antioquia de un taller, no de arte ni de pintura, sino de poesía, con la emoción y duda de encontrarme con un espacio del cual siempre se ha pensado que sólo puede admirarlo y disfrutarlo las minorías.
Espere muy ansiosa a dos compañeros de la universidad en la recepción del museo, cuando al fin llegaron nos pudimos desplazar por un corredor en el que de lejos se podía ver “Casa de citas”.
“Buenas Tardes en que les podemos colaborar” decía muy amablemente Patricia, una guía que nos miraba como adivinando que nosotros también éramos de la universidad Luis Amigó y que también queríamos observar la exposición. Muy contentos sacamos todos la cámara pero muy tristes todos la guardamos, pues era prohibido tomar fotos a las obras, al museo y hasta a los guías.
“Buenas Tardes en que les podemos colaborar” decía muy amablemente Patricia, una guía que nos miraba como adivinando que nosotros también éramos de la universidad Luis Amigó y que también queríamos observar la exposición. Muy contentos sacamos todos la cámara pero muy tristes todos la guardamos, pues era prohibido tomar fotos a las obras, al museo y hasta a los guías.
Entramos en la primera sala y empezamos a observar, las paredes blancas, los techos altos, la longitud de las salas y el frio acostumbrado invitaba al encuentro con el arte, prácticas culturales, sociales, contemporáneas en donde las ideas como la originalidad y vivacidad en las obras y la valoración del artista como genio y creador, eran los constantes dignificadores del proceso de visualización de las piezas.
Que cantidad de artistas se unían en ésta exposición, Marco Mojica, Alejandro Sánchez, Johan Barrios, Camilo Restrepo, Nelson Guzmán, Sebastián Fierro, Andrés Buitrago, Leonardo Castaño, Beatriz González y aún faltaban más.
Pero la interpretación de éstas obras y de éstos artistas equivalía a retroceder y mirar en esa actividad que últimamente utilizan y han utilizado como es la citación y la representación de unos referentes teóricos e históricos que aparecen en el trascurso del tiempo como seguidores de diferentes corrientes artísticas a investigar e ir a un pasado.
Imposible entender la pintura de Daniel Salamanca sin hacer un flash back en el tiempo y desplazarse a la pared en la cual los mapas conceptuales explicaban el proceso de citación y del cual el espectador entendería claramente el objetivo e intención del artista por el hecho de poder conocer cual era el referente teórico e histórico que habían citado y recordado al hacer la pieza.
Como el de Daniel Salamanca que citando a Marcel Duchamp, hizo una construcción de una pieza artística en la cual se recordaba al polémico pero importante reconocimiento que se le hizo a Duchamp con su pieza “Urinario”, de la cual los debates en si seria esa o no una pieza artística conllevarían a Marcel Duchamp a decir “les tire el urinario en la cara y ahora lo admiran por su belleza estética”.
Pero la interpretación de éstas obras y de éstos artistas equivalía a retroceder y mirar en esa actividad que últimamente utilizan y han utilizado como es la citación y la representación de unos referentes teóricos e históricos que aparecen en el trascurso del tiempo como seguidores de diferentes corrientes artísticas a investigar e ir a un pasado.
Imposible entender la pintura de Daniel Salamanca sin hacer un flash back en el tiempo y desplazarse a la pared en la cual los mapas conceptuales explicaban el proceso de citación y del cual el espectador entendería claramente el objetivo e intención del artista por el hecho de poder conocer cual era el referente teórico e histórico que habían citado y recordado al hacer la pieza.
Como el de Daniel Salamanca que citando a Marcel Duchamp, hizo una construcción de una pieza artística en la cual se recordaba al polémico pero importante reconocimiento que se le hizo a Duchamp con su pieza “Urinario”, de la cual los debates en si seria esa o no una pieza artística conllevarían a Marcel Duchamp a decir “les tire el urinario en la cara y ahora lo admiran por su belleza estética”.
Con el transcurso del tiempo, la historia se ha dejado convencer del arte y ese arte de ha dejado convencer de los artistas que buscan como dice Eduardo Serrano “romper con todo convencionalismo y dar una actitud abierta, independiente y libre así como una tendencia a probar y a actuar intuitivamente”. Con base a lo dicho por Serrano, los artistas buscan y encuentran ese ideal de romper con lo cotidiano, cambiando imágenes y haciendo más curiosa y valiosa la interpretación y el significado de las mismas.
Jaime Cerón fue el encargado en su misión y labor de curador de escoger las piezas necesarias para transmitir al público una sensación de disfrute, una relación entre las obras y los espectadores en la cual, el orden, la secuencia y conexión de las mismas conllevarían al objetivo de interpretación de cerón que como un director de orquesta, dirige y organiza todos los elementos para poder que el resultado sea el mejor.
Jaime Cerón vive y coacciona en tres quehaceres, la docencia, la investigación teórica en gestión cultural y la curaduría. Como dice él en la introducción y síntesis de “Casa de citas”, “las obras de arte son vistas como eslabones de una cadena de recurrencias, repeticiones y citas que parece refundirse a los propios orígenes históricos de la actividad artística”. Su carrera es también una cadena de recurrencias, de copias, de relaciones entre una pasión por el arte y otra por mostrarla de la mejor manera con la curaduría.
Jaime Cerón vive y coacciona en tres quehaceres, la docencia, la investigación teórica en gestión cultural y la curaduría. Como dice él en la introducción y síntesis de “Casa de citas”, “las obras de arte son vistas como eslabones de una cadena de recurrencias, repeticiones y citas que parece refundirse a los propios orígenes históricos de la actividad artística”. Su carrera es también una cadena de recurrencias, de copias, de relaciones entre una pasión por el arte y otra por mostrarla de la mejor manera con la curaduría.
Seguían más artistas por ver, Humberto Junca, Nicolás Consuegra, Aníbal Vallejo, Fernando Uhia, Andrés Gaitán, Martha Elena Vélez, Antonio Caro, Wilger Sotelo, Liliana Correa, Adolfo Bernal, Alex Rodríguez, Edwin Monsalve y otros más, visibles, al recorrer las salas con la emoción de saber que al seguir caminando y caminando se iban encontrando más artistas, más obras y más sorpresas. Dejarse llevar de una exposición es dejarse llevar, tentar y conocer unos contenidos en unos contextos ajenos al contexto en el cual se vive.
Es por eso paradójico que los porcentajes de la gente que visita un museo no vayan conectados con los ideales, finalidades y sensaciones que tiene un artista para con el público, las obras necesitan ser vistas, interpretadas y criticadas, para eso se tienen ojos para observar, pies para caminar, memoria para retener y vos para opinar.
Es por eso paradójico que los porcentajes de la gente que visita un museo no vayan conectados con los ideales, finalidades y sensaciones que tiene un artista para con el público, las obras necesitan ser vistas, interpretadas y criticadas, para eso se tienen ojos para observar, pies para caminar, memoria para retener y vos para opinar.
Para eso “casa de citas” está. Para por que no citar de esas obras tan elaboradas y pensadas y crear con teoría y práctica nuevas versiones de recurrencias abstracciones y copias de la historia que nos incumbe y ha incumbido.
Cibergrafía
1 comentario:
Buen texto.
Olvidaste marcar algunas tildes.
Incumbido?
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