En el bosque húmedo de contraste marea
Había un navío colgado sin función y certeza
Había una hoja que hablaba de espantos
Y había un pingüino perdido en el fango.
En el bosque húmedo de alegres piedras
Reposa el ángel abrumado que clama por las penas.
En el bosque húmedo que mira la crudeza
La noche y el miedo hablan de lo arriesgado de la vida,
Del afán y de la espera.
En el bosque húmedo no hay ni una ni dos monedas
Tatuada, hay miles de monedas que esperan ser encontradas.
En el bosque húmedo reposa el tesoro escondido
Que en las noches densas se ríe de nunca ser percibido.
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